El ganoderma lucidum es un hongo basomiceto, que ocupa, desde hace casi dos mil años, un lugar privilegiado en la farmacopea china por las propiedades profilácticas y curativas atribuidas a él por la población, y porque fueron recogidas en la literatura desde los tiempos de la dinastía Ming (1368-1644). Gracias al Compendio de Material Médico editado por el renombrado médico de su tiempo Li Shi Zhen, que posteriormente fue traducido al japonés, inglés, francés, alemán ruso e incluso al latín, su conocimiento ha llegado a nuestros días. En este compendio, al igual que en otros posteriores, se aconsejaba este hongo para mantener la vitalidad del organismo y de ese modo promover la longevidad del individuo. También se le atribuían numerosos efectos beneficiosos tanto en el campo preventivo como curativo.
Según The Chinese Herbal Materia Medica, el reishi o ganoderma puede ser clasificado en en seis categorías de acuerdo a sus formas y colores, cada una de las cuales se cree que nutren una parte distinta del cuerpo.
1. Rojo - el corazón
2. Púrpura - las articulaciones
3. Verde - el hígado
4. Blanco - los pulmones y la piel
5. Amarillo - el bazo
6. Negro - los riñones y el cerebro
Composición química y acción del Ganoderma.
Se han aislado en el Ganoderma lucidum más de 100 distintos triterpenos oxigenados (como el ácido ganodérico, el lucidumol B, ganodermanondiol y el ácido alfa ganolucídico), betaglucanos, polisacáridos y poliglucopéptidos, ácidos grasos, adenosina, esteroles, alcaloides biológicos, aminoácidos polipeptídicos, derivados furánicos, superoxidodismutasa, vitaminas (B1, C, D, E) y minerales (germanio orgánico, magnesio, potasio, selenio).
Toda esta rica composición de elementos es la que explica la gran variedad de efectos saludables y curativos, que desde siempre se ha atribuido al Ganoderma lucidum y que, poco a poco, se va evidenciando de modo científico tal como se concibe en el pensamiento occidental. Esto no significa que el ganoderma sirva para todo, pero sí hay suficientes elementos para afirmar que coadyuva en una gran variedad de padecimientos.
Debemos incidir en el hecho de que el ganoderma no es un solo producto ni una sola molécula, de ahí la posibilidad teórica de que tenga distintas acciones y que alguna de ellas conjuntamente se potencien. Los muy diversos efectos se deben a su múltiple composición y en consecuencia no se debe dudar sobre los auténticos efectos beneficiosos porque sean muchos y variados.
El ganoderma, tiene un potente poder antioxidante e inmunomodulador, que confiere muchas de las acciones que se le atribuyen. Pero su heterogénea composición le confiere muy diversos efectos y diferentes modos de actuación y algunos de sus componentes se potencian y tienen poder sinérgico. A su acción antioxidante e inmunomoduladora se debe que, desde antiguo, se tenga al ganoderma como un potente refuerzo de las defensas orgánicas y como un estimulante de la longevidad.
El ganoderma se ha mostrado útil en el herpes simple, en el genital o en el de la inmunodeficiencia humana. Ha evidenciado poder analgésico y antiinflamatorio en la artritis reumatoide. Tiene un notable efecto antitumoral, en los cánceres de mama, pulmón, próstata, colon y también en el hepatoma, cáncer de vejiga y en neoplasias hematológicas como leucemias, linfomas o mielomas.
También ha resultado efectivo en enfermos con glomeruloesclerosis focal segmentaria. Y en nefrosis resistentes a los corticoides. Igualmente ocurre con pacientes con hipertrofia benigna de próstata.
Se ha evidenciado efectos hipotensores e hipoglucemiantes, lo que abre camino a investigaciones sobre la hipertensión arterial y la diabetes. Así mismo disminuye las tasas de colesterol y presenta además interesantes efectos sobre el sistema nervioso.
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